Es urgente el cribado masivo en los centros escolares, mascarillas FFP2 para todo el personal y alumnado, medidores de CO2, consideración de la infección por COVID-19 como enfermedad profesional y vacunación del personal de los centros.

El mes transcurrido después del periodo navideño ha sido especialmente complicado en los centros educativos.  Los  contagios,  el  cierre  de  aulas,  el  confinamiento  de  miles de  estudiantes  y profesorado ha sido una constante en este tiempo. La respuesta por parte de las administraciones autonómicas ha sido desigual y la del Ministerio de Educación, ha brillado por su ausencia. En una situación de máximo riesgo sanitario se hace más clamoroso el silencio del departamento de la Sra. Celaá, que si bien en la preparación del curso académico -durante los meses de verano- coordinó la actuación de las Consejerías de Educación a través de la Conferencia Sectorial de Educación, en el mes de enero con el aumento de la incidencia del coronavirus en las aulas, ha estado ausente. Es necesario que todas las Comunidades implementen, con carácter general, medidas que algunas están llevando a cabo de manera parcial:

  • Cribado masivo en los centros escolares para determinar los contagios existentes que luego pueden propagar la enfermedad en otros ámbitos, especialmente peligroso en el caso de las personas asintomáticos.

  • Reparto de mascarillas FFP2 a profesorado, personal no docente y alumnado.

  • Medidores de CO2 en las aulas.

  • Purificadores de aire que impidan la transmisión de aerosoles.

El alto número de contagios desde el inicio de curso entre los diversos miembros de la comunidad educativa y entre el profesorado, en concreto (decenas de miles de docentes han dado positivo en lo que llevamos de curso), hacen que nuestra Confederación reclame públicamente al Gobierno de España la consideración de enfermedad profesional, la infección por COVID-19.

También  debe  incluirse  en  el  proceso  de  vacunación  ya  iniciado  en  nuestro  país,  al  colectivo docente en el lugar correspondiente, teniendo en cuenta la exposición al virus, la interacción con el resto de personas, permanencia en lugares cerrados como son las aulas durante los periodos de tiempo establecidos en nuestra jornada laboral.

El Ministerio debe responder a estas demandas. No puede seguir con la desconsideración permanente con la que trata al profesorado. El éxito o fracaso de la reforma educativa está en juego y, lo que es mucho más importante, la salud de profesorado y familias.

Secretariado de la Confederación de STEs-i | 9 de febrero de 2021

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