A lo largo de este atípico curso 20-21 STE-CLM ha denunciado la falta de recursos humanos, estructurales, tecnológicos, materiales, de seguridad frente a la salud, de negociación e incluso de libertad de expresión. Un déficit estructural que se resume en la falta de presupuesto, acreditado cuando analizamos los datos y los comparamos con el resto de CCAA. En 2018 el presupuesto en CLM de Educación fue de 1,6 mil millones de euros, en 2019 el mismo; cuando en España subió el 3.1% de media, lo cual nos conduce a tener una Educación en precario.

El Plan de Digitalización contemplaba el reparto de 2.000 cámaras, 44.000 ordenadores portátiles, más 18.000 tabletas, 10.500 routers y tarjetas y más de 360 paneles interactivos. Lo cierto es que el Plan se ha quedó en el papel y los dispositivos no han llegado a los centros. Cuando se negoció el 31 de agosto el Manual de Medidas Preventivas frente a la Covid-19 en el Comité Regional de Seguridad Laboral se explicó por parte de la Administración que los grupos de convivencia estable -más conocidos como “burbuja”-, estarían formados por la tutora más 1 especialista como máximo, de manera que el resto de especialistas: Música, Educación Física, Inglés, … darían su clase en otra sala, a través de una videocámara que se proyectaría en la pizarra digital, todo coordinado por la tutora. Al no haber formación ni dispositivos, la realidad ha sido que los especialistas entran y salen de las aulas; también a los pseudo grupos de convivencia estable, que se caracterizan por no tener que respetar la distancia social e incluso, hasta no llevar mascarilla -en el caso de los peques-. Una estafa en toda regla.

Han faltado programas de refuerzo para compensar el déficit de aprendizaje heredado del confinamiento; medidas de conciliación para el personal docente en aquellos casos cuyos hijos/as estaban en cuarentena, así como una respuesta adecuada para el profesorado vulnerable, ya que la Administración catalogó todos los puestos docentes “de bajo riesgo”, al no estar expuestos al virus, puesto que el trabajo se produce -en teoría- sin contacto con personas sintomáticas. Capítulo aparte merece el personal interino. Desde que en diciembre de 2017 se firmó el actual pacto de interinos -el peor de España-, las circunstancias han ido cambiando y la falta de docentes para cubrir determinadas especialidades forzó una negociación atropellada para que los llamamientos extraordinarios telemáticos pudieran -de alguna manera- llegar a los puestos de difícil cobertura o, dicho de otra manera, puestos precarios que nadie quiere. Se consiguió que tuvieran una mínima regulación, en la práctica, dicho llamamiento se traducía en que el orden de adjudicación -aunque parezca mentira- elegía aquella persona más rápida en conseguir entrar en la plataforma, un sistema que daba fallos, no era transparente y una vez terminado el proceso de ese día desaparecía, ya que no generaba bolsa -este aspecto sigue en vigor-. Tras la presión de STE-CLM se consiguió que el criterio telemático fuera objetivo (expediente académico) y que se diera publicidad a las adjudicaciones. Entre tanto, debido al deplorable sistema de bolsas de interinos y de la pandemia, el personal de los centros ha batido todos los récords de guardias por semana.

El profesorado ha estado a la altura de las circunstancias en un curso tan complejo, ha arrimado el hombro y puesto todo su empeño en que el proceso de enseñanza-aprendizaje se realizara de manera presencia, aún cuando las medias de seguridad personales eran insuficientes. Es el momento de corresponder ese esfuerzo con medidas largamente esperadas y reivindicadas por parte los/las responsables de la docencia: dotación tecnológica -especialmente para evitar la brecha digital y social del alumnado más desfavorecido; plan integral formativo en competencias digitales para el profesorado-; regular el teletrabajo del profesorado; dotación de equipos de protección individual y presupuesto extra real para un verdadero refuerzo del personal de limpieza; disminución de horas lectivas siguiendo el RD 4/2019; eliminación de los trabajos precarios del personal interino con jornadas parciales -que además pueden incluir la impartición de afines y/o puestos de difícil cobertura-; estabilidad y consolidación del empleo del profesorado interino; reducción horaria para el profesorado mayor de 55 años sin merma retributiva; reconocimiento para la nueva responsabilidad COVID; modificación de la normativa horaria sobre permanencia presencial no lectiva con el fin de minimizar los contactos entre el propio profesorado; dotar de transparencia y de los principios de igualdad, capacidad, mérito y publicidad a los llamamientos telemáticos que se van sucediendo para cubrir plazas de difícil cobertura; regular el permiso a docentes cuando confinan a sus hijos/as; no discriminación de profesorado en CEPAS, CEE, Aulas Hospitalarias, Centros Penitenciarios y de Reforma de Menores a efectos del recién recuperado complemento de Maestros/as en IES; eliminar los grupos de convivencia estable en los que entren en clase más de un/a tutor/a y un solo especialista -ya que no cumplen con los requisitos para poder no respetar la distancia de seguridad; incremento extraordinario de la dedicación -en términos de horario- de los equipos directivos a la tareas de coordinación contra la COVID y la enorme carga burocrática que conlleva compensación del déficit de aprendizaje para el alumnado más vulnerable desde un punto de vista socio-económico; atención al alumnado con necesidades especiales de apoyo educativo y un apoyo decidido a la escuela rural -explicitado en la derogación del acuerdo de itinerancias de Cospedal-.

La falta de negociación se evidencia en el día a día, sin ir más lejos en las dos últimas Mesas Sectoriales nos hemos encontrado a la Consejera dando una rueda de prensa a la vez que se suponía que se estaba negociando y en otra, al Viceconsejero que llevaba maquetada e impresa la Guía educativo-sanitaria, mostrando a la claras que no movería ni una coma. En este contexto, STE-CLM ha tenido que acudir a los tribunales para conseguir sus justas reivindicaciones. Recientes sentencias favorables han conseguido el aumento de 190 docentes -al rebajar de 40 a 35 las ratios máximas de Bachillerato-, y por otro lado la sentencia 238/2020 del Juzgado Contencioso Administrativo n.º 1 de Toledo, da la razón a nuestra organización en su demanda contra la Resolución de 20/08/2019 mediante la cual se modifica la regulación de los aspectos previstos en el punto 7 del acuerdo sobre medidas complementarias, en el ámbito del sector educativo, al II Plan Concilia -los llamados “moscosos”-. Y seguimos en ello, denunciando la insuficiente OEP, el ilegal pago a los tribunales de las oposiciones o por el complemento de maestros/as en CEPAS y los días de recuperación por Filomena.

En otro orden de cosas, la publicación de la LOMLOE, ha generado una enorme incertidumbre en la FP; el paso del Profesorado Técnico de FP al Cuerpo de Secundaria es una demanda histórica de los STEs. Sin embargo, dividir a este cuerpo según la titulación con la que se accedió a él, supone una terrible injusticia cuyas repercusiones acabará pagando el alumnado. En los últimos días del curso hemos solicitado información sobre la incidencia real de la Covid-19 entre el profesorado y proceso de vacunación; exigencia de protocolos de confinamiento claros; equipar los centros con medidores de CO2 y filtros HEPA; equiparación de instrucciones del horario no lectivo; adaptaciones del puesto de trabajo al personal vulnerable; flexibilizaciones temporales para la justificación de bajas médicas; especificaciones del protocolo para las oposiciones; mantenimiento de cupos; entre otras para el curso próximo. La Administración parece que nos oye, pero no nos escucha. Como es sabido, no encontrarán a STE-CLM cruzado de brazos, sino en pie por lo público, en primera línea de fuego.

HACEMOS LO QUE DECIMOS, DECIMOS LO QUE HACEMOS