MUFACE: CON EL PROFESORADO REHÉN DE LA VORACIDAD DEL NEGOCIO DE LA SANIDAD Y POR LA APERTURA DE UN PROCESO QUE OFREZCA SOLUCIONES ESTABLES Y DEFINITIVAS A UNA EXCEPCIONALIDAD DE 50 AÑOS.

En estos días asistimos a una avalancha de noticias relacionadas con MUFACE -Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado- que están causando mucho revuelo.

  • En España, el sistema de Seguridad Social, protege a los trabajadores y trabajadoras, así como a sus familiares en situaciones de incapacidad temporal por enfermedad, accidente, embarazo, entre otras, que permite tener una baja laboral sin dejar de percibir el salario además de no tener que sufragar el coste sanitario en caso de necesitar dichos servicios médicos.
  • Sin embargo, en ocasiones hay agentes intermediarios entre la Seguridad Social y los beneficiarios, como es el caso de las Mutuas, que son entidades colaboradoras que hacen parte de la gestión y manejan recursos económicos, que no olvidemos provienen del fondo público de la seguridad social.

Estas mutuas tienen su origen en España a principios del siglo XX, momento en el cual se empieza a responsabilizar a los patronos de los accidentes que sufrían los trabajadores. Constituían una suerte de seguro o fondo privado con el que atender de alguna manera dichas contingencias. Ya en la Segunda República se introduce el seguro de forma obligatoria. Aun así, la cobertura social es insuficiente y ya a mediados de los 60, se sientan las bases de la seguridad social, y se crea un sistema de protección único y público, que no termina de cuajar, por una parte por no contar con los fondos suficientes y por otra, al no constituirse como única entidad y tener que convivir con el resto de mutualidades que no se eliminaron. No es hasta la recuperación de la democracia en España cuando se producen importantes reformas y se dota al sistema de Seguridad Social de suficiente financiación para hacerlo realmente operativo y funcional, al mismo tiempo que se siguen manteniendo las mutuas. Así hasta el día de hoy.

Durante estos casi 50 años no ha habido ningún interés por parte de las diferentes administraciones en regular y actualizar una situación irregular y, en ocasiones, con criterios distintos al resto de asistencias sociales reguladas por ley en otros ámbitos laborales.

En el caso que nos ocupa, millón y medio de de funcionarios y funcionarias, de los cuales un 62 % provienen del sector docente, pertenecen a MUFACE, que se originó a partir de la integración de más de sesenta mutualidades anteriores, unificando diversas asistencias (sanitaria, prestaciones, subsidios…).

De todas ellas, la asistencia sanitaria, es sin duda la más critica y seguramente la más valorada por los beneficiarios y beneficiarias. Cuando la enfermedad aparece necesitamos un servicio de salud de calidad que nos dé soluciones: “La salud es lo primero”.

Pues bien, en este punto se abre otra dicotomía, pues MUFACE da a elegir entre sus mutualistas, de un lado, por la asistencia sanitaria del Sistema Nacional de Salud, descentralizado en los distintos servicios sanitarios autonómicos (SESCAM en CLM), y de otro, por las entidades concertadas de asistencia sanitaria, que en estos momentos son: ADESLAS, ASISA y DKV.

LA SALUD ES LO PRIMERO ¡PÁSATE A LA PÚBLICA!

De partida se presenta con cierta incongruencia que el funcionariado público pueda optar por asistencia sanitaria privada concertada en lugar de la sanidad pública, pero si, es posible con el actual sistema. De hecho, según el informe del Consejo General de MUFACE para el pasado 2023, solo el 30,4 % de los mutualistas apuestan por el sistema público frente al 69,6 % que apuesta por las compañías concertadas.

Sin embargo, el cambio de tendencia es claro, pues la opción pública es la que más crece año tras año. Este porcentaje viene aumentando el 17,4 % desde 2010.

Detrás de este cambio posiblemente se sitúa la innegable calidad del sistema de salud público español, reconocido año tras año dentro del top 10 mundial, al mismo tiempo que se detecta una creciente queja de los usuarios de las compañías privadas con las que está establecido el concierto:

  • eliminación de la atención presencial en medicina general
  • aumento de los tiempos
  • aumento de las listas de espera
  • limitaciones en determinados servicios que finalmente obligan a acudir al sistema público, etc.

Desde STE-CLM lo tenemos claro y siempre apostaremos por un sistema común público al que aportemos todos y solo lo utilicen los que tengan la mala fortuna de verse en esa tesitura. El único objetivo aquí es utilizar toda la financiación para prestar un servicio de calidad, cosa que NO PUEDEN ASEGURAR LAS COMPAÑÍAS PRIVADAS, que como tales, anteponen su beneficio económico. Y por ello, al comienzo de cada año animamos a todo el personal funcionario docente a que realice el cambio de entidad y apuesten por la pública porque con ella ganamos todos y todas.

Tanto la sanidad como el sistema público de Seguridad Social es un tesoro, que a veces no sabemos valorar y que está en el punto de mira de las grandes empresas privadas. Visto de otro modo, os planteamos las siguientes preguntas:

  • ¿qué ocurriría si el sistema público desapareciese y solo tuviéramos la opción privada?
  • ¿piensas que el seguro médico seguiría valiendo lo mismo y no subiría?
  • ¿te imaginas que en tu entorno os enfrentáis a una enfermedad que supone un elevado coste, que el seguro no te cubre, viéndote obligado a empeñar tu casa, coche, pedir prestamos …? Es algo que ocurre en EEUU, por ejemplo.

¿QUÉ PROBLEMA SE PRESENTA AHORA?

Resulta que las entidades concertadas han lanzado un órdago a la administración, que a pesar del aumento previsto en la licitación para 2025-26 de un 17 % consideran insuficiente y pretenden abandonar el concierto argumentando pérdidas y coberturas demasiado exigentes. Por contra, muchas clínicas y hospitales privados, sobre todo en capitales de provincia más pequeñas, sobreviven gracias a estos conciertos y de otra forma se verían abocados a cerrar.

Sea como fuere, lo cierto es que han convertido en rehenes a más de un millón de personas funcionarias y a sus familias, que llevan muchos años con los mismos profesionales de la sanidad, con historiales, pruebas pasadas o futuras, tratamientos especiales, operaciones … y que ahora ven peligrar.

STE-CLM comprende esta inquietud de cientos de miles de docentes (muchas de ellas jubiladas) y se posiciona con ellas para garantizar, a corto plazo, la continuidad de sus tratamientos y atenciones y, a continuación, para establecer un debate que ofrezca soluciones de forma gradual a un problema que se arrastra desde hace 50 años y que ninguna administración ha querido afrontar.

HACEMOS LO QUE DECIMOS, DECIMOS LO QUE HACEMOS