Esther Vivas, autora del libro Mamá desobediente, afirma en una entrevista darse cuenta de la cantidad de derechos que como mujeres se nos vulneran, empezando por el derecho a un parto respetado. Critica que prácticas tan esenciales para la reproducción humana como son gestar, parir y amamantar sean profundamente ignoradas no solo a nivel social o político sino incluso en los espacios de activismo social. Pero el área de mujeres de STE-CLM no ignoramos, levantamos nuestra voz.
Nohemí Hervada, asesora de maternidad, explica en su blog cómo el patriarcado nos ha usado de capataces para sus propios intereses bajo la excusa de “ayudarnos”, “enseñarnos”, “salvarnos”,… En este sentido, pide que no nos olvidemos que fueron los pediatras varones de finales del XIX los que comenzaron a animar a las mujeres a dejar la crianza amorosa bajo lemas como: “Las madres, dejadas a su instinto no saben cómo hacerlo, hay que enseñarles a que no cojan al niño en brazos cuando llora, no le den de mamar en cuanto lo pide, porque así los convierten en personas ingobernables….hay que dejarlos llorar…y así, se les va educando para que se hagan disciplinados y obedientes…”. (Dr. Martínez Barbas) (Referencia completa en: Fuentes, 2001. Mujeres y salud desde el sur. Editorial Icaria).
Parece increíble cómo la sociedad trata a la parte de la misma que es la única capaz de crear vida. No hay un acompañamiento real durante el proceso ni se informa de las distintas posibilidades para dar a luz, directamente vamos a una camilla de hospital a esperar y desear que todo vaya bien.
El feminismo puede salvarte en muchos sentidos, de muchas maneras. Así lo refleja la revista digital feminista La poderío donde las responsables afirman que cuando la violencia obstétrica se adueña de nuestros cuerpos todo va mal. Expresan varios ejemplos, uno de ellos es cuando te dicen que te tienes que hacer tal prueba pero ni te han explicado por qué, ni qué puede pasar, pero a ti te da miedo, hay que entender que eso es violencia. También cuando te infantilizan como si no tuvieras voluntad propia, cuando estás en un paritorio tumbada en un potro con las piernas totalmente abiertas, sin ninguna intimidad, y todas las personas que pasan por allí te exploran sin tan siquiera decirte cómo se llaman ni qué tipo de personal sanitario es, ahí se está ejerciendo violencia sobre ti. ¡La violencia obstétrica es violencia machista!
Para ser claras, en primer lugar, el tendido supino (tumbada boca arriba) no es la posición natural para dar a luz, simplemente que tumbada en la camilla es más cómodo para el personal médico ejercer su función . Esta posición conlleva numerosos riesgos: retrasa la dilatación, anula el efecto de la gravedad, aumenta el dolor, puede provocar lesiones perineales graves, comprime los vasos sanguíneos del neonato, entre otras. Las posiciones más naturales para dar a luz son sentada, tumbada de costado, con el tronco vertical o de rodillas, pero la sociedad le da el poder patriarcal al doctor el cual somete a la mujer en este momento tan importante, decisivo y tenso. En segundo lugar, la tasa de cesáreas cada vez es más elevada debido a que así el parto es más rápido pero, de esta manera, no se produce el acompañamiento necesario al ritmo natural de dar a luz de cada mujer. Según la ONU desde 1985, los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%. También desde entonces, las cesáreas son cada vez más frecuentes tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. La cesárea, cuando está justificada desde el punto de vista médico, es eficaz para prevenir la morbimortalidad materna y perinatal. Sin embargo, no están demostrados los beneficios del parto por cesárea para las mujeres o los neonatos en quienes este procedimiento resulta innecesario. Como en cualquier otra cirugía, la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden perdurar por muchos años después de la intervención y afectar a la salud de la mujer, y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro. A pesar de ello, atendiendo a la encuesta del INE de 2018, un 26,23% de los partos fueron por cesárea (en la privada la tasa asciende a 25%).
Si hablamos de lactancia, es necesario saber que es una experiencia incomparable e insustituible, que sólo se puede vivir en primera persona, pero que la sociedad no está organizada de manera que se pueda desarrollar con naturalidad para aquellas madres que así lo decidan. En la misma línea, se hace necesario que se incluya no sólo el derecho a dar de mamar o no sino de que conozcamos las implicaciones reales de una decisión y de la otra. Esta afirmación la realiza Nohemí Hervada haciendo alusión a la frase de E. Jong: “Una mujer con autonomía desea lo mismo para sus hermanas”.
No podemos dejar de resaltar que faltan actuaciones por parte del gobierno a favor de la maternidad como serían más guarderías públicas, más permisos para mejorar la conciliación, ayudas económicas,… La sociedad se queja de la bajada tan abrupta de la natalidad en nuestro país pero es que las condiciones sociales, la falta de concienciación y de ayudas la hace cada vez más complicada. La conyuntura actual es un muro construido por los ladrillos del patriarcado que dificulta la acción de dar vida a la mitad de la población única capaz de hacerlo.
Por todo ello, el área de mujeres del STE-CLM reclama una maternidad justa, adaptada a las necesidades que conlleva, con autonomía y libertad para ejercerla como mejor sintamos cada una de nosotras.
Un ejemplo de lucha son las mujeres de nuestro calendario coeducativo “Tiempo de mujeres, mujeres en el tiempo”, este año dedicado a las mujeres escritoras, muchas de ellas sin alcanzar el éxito merecido por el hecho de firmar sus obras con un nombre de mujer. Puedes acceder a nuestro calendario…