Hoy, día 4 de junio, es el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión. Este Día Internacional fue instaurado el 19 de agosto de 1982. Ese día, en su período extraordinario de sesiones de emergencia sobre la cuestión de Palestina, la Asamblea General de Naciones Unidas, lo aprobó bajo la Resolución ES-7/8.

Esto tiene como propósito reconocer el dolor que sufren los niños en todo el mundo al ser víctimas de maltratos físicos, mentales y emocionales y, a priori, marcó un hito en los esfuerzos por mejorar la protección de los niños en situaciones de conflicto y afirmó el compromiso de las Naciones Unidas de proteger los derechos del niño.

Trágicamente, la cuestión Palestina que llevó a la UN a fijar esta celebración, es otro de los escenarios que se ha vuelto a añadir hace unas semanas a los muchos abiertos en todo el mundo. La violenta escalada del conflicto registrada en mayo de 2021 ha dejado a los niños de Gaza conmocionados. La violencia ha acabado con la vida de muchos y ha destrozado familias, lo cual ha tenido efectos devastadores sobre los niños [en menos de un mes, al menos 63 niñas y niños han muerto en los bombardeos israelíes, en los últimos 20 años más de 3.000 según fuentes oficiales palestinas]. En Gaza, las escuelas y los centros de salud han sufrido daños, las casas y oficinas han sido arrasadas, y familias enteras han quedado desplazadas. También en Israel se han producido daños en escuelas, viviendas y edificios.

Ya antes de la escalada de violencia, uno de cada tres niños de Gaza precisaba asistencia por traumas relacionados con el conflicto; no hay duda de que esta necesidad de los niños de recibir apoyo psicológico y psicosocial no ha hecho más que aumentar. Al mismo tiempo, el deterioro de la capacidad de producción de agua en Gaza debido a la escasez de electricidad implica que decenas de miles de niños precisarán ayuda humanitaria para acceder al agua potable y al saneamiento básico.

Según UNICEF, en los últimos diez años más de un millón de niños han perecido como resultado de guerras entre los adultos, por ser objetivos civiles o en combate como niños soldados. El número de niños heridos o discapacitados es tres veces mayor al de los muertos, a esto se añade la malnutrición, la violencia sexual, pérdida de hogares, de progenitores y familiares cercanos…

Indirectamente, los conflictos armados, además, conllevan la destrucción de infraestructuras y servicios básicos (hospitales, escuelas…), lo que impide a los niños tener acceso a la educación, a la sanidad y a otros cuidados.

Actualmente, según UNICEF, 230 millones de niños viven en zonas afectadas por conflictos armados.

Desde la Confederación Intersindical apostamos por la actitud muy activa y de compromiso de los países. Disponemos de normas, protocolos y principios maestros para aplicar desde el derecho internacional en la prevención de los conflictos y protección de las personas. Es necesario promover el derecho internacional humanitario y los derechos humanos y garantizar la rendición de cuentas a los países que violen los principios, los derechos humanos.

Desde hace varias décadas, el Derecho Internacional está sembrado de protocolos y garantías adicionales para lo protección contra las agresiones hacia las niñas y niños. Pero también denunciamos la laxitud, miopía o directamente la invisibilidad que para muchos países tienen los conflictos, ya que por intereses económicos y/o geoestratégicos manipulan la información que nos llega, minimizan los conflictos o directamente justifican los mismos.

El Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión exigimos el cumplimiento del Derecho Internacional en su mayor amplitud posible. Exigimos el compromiso de todos los países para la adopción de todas las medidas posibles y necesarias que garanticen la protección de las niñas y niños en zonas de conflicto, al mismo tiempo que también se ponen en marcha las necesarias para acabar con los mismos. Basta ya de ponerse de perfil.

La Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 marca el camino para asegurar un mejor futuro para los niños. La nueva agenda mundial de desarrollo sostenible, en su punto 16.2, se centra en poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, y exige poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños.

HACEMOS LO QUE DECIMOS, DECIMOS LO QUE HACEMOS