En junio de 2015 la Asamblea General de la ONU proclamó el 19 de junio “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos”. La violencia sexual en todos los conflictos es un arma de control por parte del adversario, un terrorismo cruel.
La vulnerabilidad de las mujeres y niñas, como niños, en los conflictos armados es un claro abuso de poder por parte de quienes inician estos conflictos, que siempre son hombres. Los riesgos son claros, las violaciones y abusos sexuales continuos. Es una manera de demostrar el poder del hombre sobre el pueblo oprimido en ese momento, son” triunfos de batallas”.
Se necesita una intervención institucional de aquellos países que tienen el mundo en sus manos, así como, de aquellas Organizaciones mundiales que velan por el cumplimiento de los DDHH.
La «violencia sexual relacionada con los conflictos» abarca las violaciones, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, los embarazos forzados, la esterilización forzada y cualquier otro acto de grave violencia sexual contra mujeres, hombres o niños/as que tienen una vinculación directa o indirecta con un conflicto.
Una preocupación constante es que el miedo y el estigma cultural convergen para que la inmensa mayoría de los supervivientes de la violencia sexual relacionada con los conflictos no denuncien . Los profesionales sobre el terreno estiman que por cada violación denunciada en relación con un conflicto, hay entre 10 y 20 casos que quedan sin documentar.
El movimiento feminista es el primero en denunciar estas situaciones que están viviendo las mujeres en otros países, hay ONGs que están en el sitio intentando salvarlas…pero…este mundo está dominado por el capitalismo y el patriarcado. Poco importan en estos conflictos la situación de mujeres y niñas o niños lo importante es conseguir territorios, someter a la población civil …
El núcleo del feminismo pacifista lo constituyeron mujeres que desplegaron un potente discurso contra la guerra y propusieron las bases para lograr una paz permanente. Asimismo, contribuyeron a esta tradición las que se organizaron a favor de lo que conocemos como paz positiva, las que reclamaron derechos y propusieron medidas para establecer condiciones de vida más justas e igualitarias, para ellas y sus sociedades.
Una clave de este feminismo pacifista fue su internacionalismo, su vinculación con organizaciones que traspasaron fronteras y constituyeron un movimiento internacional de mujeres.
Desde la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical no dejaremos de denunciar este terrorismo sexual del que se aprovecha cualquier país que está dentro de un conflicto armado.